De una fanpage de Facebook a levantar 120 millones de Capital para seguir con mi Sueño

Hace unas semanas publiqué un post denominado “Mi Emprendimiento es una vergüenza y estoy orgulloso de ello” en donde comentaba, lo que a mi juicio es una excelente herramienta, metodología para el desarrollo de ideas de negocios, Lean Startup y a modo de poder ejemplificar lo que significa, quiero contarles lo que ha sido parte del camino para hacer realidad uno de mis sueños, un Emprendimiento al cual le he entregado sangre, sudor y lágrimas.

Debo recordarles que nací en Osorno, Región de Los Lagos y llegué a La Araucanía por allá por el 2002, me enamoré de esta región y en seguida pude ver que era un paraíso para el Emprendimiento Social, lleno de oportunidades, pero que claramente necesitaba mejorar las condiciones en el ambiente, en el ecosistema. Soy regionalista y lo digo porque entiendo el desafío gigantesco que tiene Chile, respecto a este tema y de la dificultad extra que existe para generar potentes iniciativas fuera de la RM. Una de mis grandes motivaciones, ha sido generar mejores plataformas, ambiente, en definitiva un mejor Ecosistema, para que las Emprendedoras y Emprendedores locales puedan desarrollarse en su máximo potencial.

He tenido la oportunidad de viajar y vivir en otros países, lo que me permitió conocer varias iniciativas, espacios, lugares, en donde la colaboración era la columna vertebral para apoyar el emprendimiento. Conocí varios espacios de coworking y me digo, “esto tiene que existir en La Araucanía”.

Durante el año 2013 estuve viviendo unos meses en Australia y decidí lanzarme con lo que sería el primer y único Espacio de Trabajo Colaborativo (Coworking Space) para el Emprendimiento de la región de La Araucanía, en ese entonces llamada La Ruca, una simple página de Facebook destinada a utilizar el Social Media para compartir información relativa al Emprendimiento y la Innovación, mi primer MVP (producto mínimo viable).

En el 2014 al volver a Chile, comienzo a re conectarme con redes locales vinculadas al emprendimiento, tratando de encontrar socios que quisieran sumarse a este proyecto, varios dijeron que NO. Comienzo a desarrollar otra startup Robocode, que se dedicaba a introducir a niñas y niños en la programación y robótica educativa, buscando preparar a nuestros jóvenes en lo que será el lenguaje del futuro. Conozco a otro grupo de emprendedores a los cuales sumo para lanzar nuestro espacio físico, abierto al público, una oficina de 30 m2, fue el segundo MVP. Comenzamos a tener nuestros primeros clientes, comienzo a aprender de ellos, de sus problemas, necesidades y a los meses hacemos los esfuerzos por encontrar un lugar más grande, con más y mejores instalaciones, y nos vamos a una casa de 100 m2, con oficinas, salas de reuniones, cafetería, etc. 

En paralelo busqué generar relaciones y alianzas con otros actores, postulando a otros proyectos para encontrar financiamiento que apoye con más fuerza esta iniciativa, viendo propuestas conjuntas con la Incubadora de Negocios de Temuco, IncubatecUFRO, con el mismo CORFO, con la Agencia de Desarrollo de La Araucanía…puedo contar varios nuevos “NO”, pero nada me desanimaba (la perseverancia es fundamental).

Ya en el 2015, la Corporación de Fomento de La Producción, Corfo, abrió una linea de financiamiento de apoyo a la operación  de Espacios Colaborativos para el Emprendimiento (Coworking y Hub Globales), parte de las políticas y lineamientos de la Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento, agenda que lidera el ministro Luis Felipe Céspedes, específicamente en lo que respecta al apoyo del emprendimiento.

Ya tenia mucha experiencia en formulación de proyectos Corfo, había adquirido mucha experiencia más en lo que los Coworks eran, se suma al equipo otro “Emprendedor Revolucionario”, mi amigo Francisco Vicente, un vasco radicado por más de 10 años en Chile. Seguimos sumando redes, en un gran esfuerzo de todo el equipo de socios Fundadores, con el foco puesto en presentar una gran propuesta, puesto que sabíamos que habían otros actores locales, de mucho más “peso”, en querer adjudicarse esta linea también.

El 15 de Julio cerramos y enviamos la propuesta, ahora solo quedaba esperar…

En Septiembre del mismo año me comunicaban por email lo siguiente:

Levanté Capital por más de $120.000.000 (*) para seguir desarrollando uno de mis Sueños, un nuevo actor para ayudar a desarrollar el Ecosistema Emprendedor Regional de la mano de un Espacio de Trabajo Colaborativo para el Emprendimiento.

El motivo de este post es compartir con ustedes parte de la Historia que hay detrás de ese Hito, que, en si mismo, no es un fin (levantar Capital, público o privado) sino un medio que espero nos apoye con la consolidación de nuestros Sueños. Entendiendo que es posible!

 Hay un viejo refrán que dice: “cuidado con lo que deseas porque se puede hacer realidad”, les digo esto, puesto que después de ese email venia todo un nuevo proceso, lo que sería un camino mucho más arduo, lleno de aprendizajes, estrés, fortalezas y debilidades, para que ese dinero finalmente llegue a la Cuenta de la Empresa, otra Historia, probablemente mucho más “sabrosa” que ya les contaré…

Historia en Desarrollo…

Saludos y espero sus comentarios,
Rodrigo Carrillo

(*) Hago explícito la cifra por dos motivos, uno, por que creo necesario quitar el estigma que posee el dinero en nuestra cultura, de ser un elemento endemoniado y no visto como elemento que apoya la generación de valor junto a la Innovación, Creatividad y Esfuerzo de los Emprendedores junto a entender que es posible levantar capital por montos interesantes, y segundo la información es pública.